El Consejo de Estado admite demanda del exconcejal Juan Martín Bravo para declarar la Vía Panamericana como sujeta de derechos

El Consejo de Estado admite demanda del exconcejal Juan Martín Bravo para declarar la Vía Panamericana como sujeta de derechos

Santiago de Cali, 3 de febrero de 2025. El Consejo de Estado ha admitido la demanda presentada por el exconcejal de Cali, Juan Martín Bravo, que busca una medida histórica: declarar a la Vía Panamericana como un sujeto de derechos. Esta acción jurídica pretende garantizar la protección de una de las arterias viales más importantes de Colombia, cuyo bloqueo constante ha generado pérdidas millonarias y ha afectado derechos fundamentales como el libre tránsito, el trabajo, la salud y la educación.

Según Bravo, la declaratoria como sujeto de derechos permitiría salvaguardar el flujo económico y social que esta vía representa, conectando al Valle del Cauca con departamentos como Cauca, Nariño y Putumayo, además de ser un corredor clave para el comercio con Ecuador. “No podemos permitir que esta vía, que transporta 23.000 toneladas de carga al día y sostiene el desarrollo económico del suroccidente colombiano, siga siendo escenario de bloqueos que afectan tanto a empresarios como a ciudadanos”, afirmó Bravo.

Los bloqueos recurrentes de la Vía Panamericana han ocasionado pérdidas económicas significativas. Solo en 2024, estas interrupciones generaron pérdidas cercanas a los 4,6 billones de pesos a nivel nacional. En la región, cada día de bloqueo cuesta aproximadamente entre 10.000 y 15.000 millones de pesos, impactando sectores clave como el transporte, el comercio, la industria y el turismo. Por ejemplo, el sector gastronómico del Cauca reporta una caída del 70 % en sus ventas durante los periodos de cierre de la vía.

Además, los bloqueos afectan la competitividad internacional de Colombia al dificultar la exportación de productos agrícolas y manufacturados, y retrasan la llegada de insumos clave para la industria. “Esta situación no solo pone en riesgo la economía de las empresas locales, sino que afecta directamente la calidad de vida de las comunidades dependientes de la vía”, destacó el exconcejal.

La demanda, que incluye como accionados al Gobierno Nacional, la Policía Nacional, el Ministerio de Transporte y otras entidades, propone un cambio estructural en la forma en que el Estado gestiona esta vía esencial. Bravo concluyó: “Es momento de tomar medidas firmes para garantizar la movilidad, la seguridad jurídica y el respeto a los derechos fundamentales. La Vía Panamericana no es solo una carretera; es la columna vertebral del desarrollo económico y social del suroccidente colombiano”.

Con esta admisión por parte del Consejo de Estado, el país queda a la expectativa de un fallo que podría marcar un precedente en la protección de infraestructuras críticas frente a los desafíos sociales y económicos actuales.

El Juzgado 13 admite demanda contra INPEC por afectaciones en comunicaciones a comunidades cercanas a cárceles en Cali

El Juzgado 13 admite demanda contra INPEC por afectaciones en comunicaciones a comunidades cercanas a cárceles en Cali

Santiago de Cali, 24 de enero de 2025. El Juzgado 13 de Cali ha admitido la acción de tutela interpuesta por el exconcejal Juan Martín Bravo, que busca proteger los derechos fundamentales de los habitantes de las zonas aledañas a las cárceles de Villanueva y el Centro de Formación Juvenil Valle del Lili. Esta demanda cuestiona el impacto negativo de los sistemas de bloqueo de señal instalados en los centros penitenciarios, los cuales han generado restricciones significativas en la conectividad de estas comunidades.

“La comunicación es un derecho fundamental que no puede ser vulnerado por fallas en la implementación de tecnologías de seguridad. Es necesario garantizar que las medidas tomadas no perjudiquen la vida cotidiana de los ciudadanos, especialmente en situaciones de emergencia”, señaló Juan Martín Bravo al respecto.

La demanda argumenta que los bloqueadores de señal, utilizados por el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC) para prevenir comunicaciones ilegales desde el interior de las cárceles, han ocasionado problemas graves en la cobertura de telefonía móvil e internet en las áreas residenciales cercanas.
De acuerdo con el análisis presentado, los bloqueadores de señal actuales generan interferencias más allá del perímetro de las cárceles, afectando a cientos de metros de distancia. Esto refleja una falta de reglamentación técnica clara y eficiente. “La tecnología debe ser un aliado, no una barrera. Es posible implementar soluciones que cumplan con los objetivos de seguridad del sistema penitenciario sin vulnerar los derechos de las comunidades vecinas”, agregó Bravo.

Entre las medidas solicitadas por la tutela, se incluyen la reconfiguración de los sistemas de bloqueo, la adopción de tecnologías menos invasivas y la garantía inmediata de acceso a comunicaciones adecuadas para los residentes afectados.

Con la admisión de esta tutela, el Juzgado 13 abre la posibilidad de establecer un precedente en la gestión de tecnologías de seguridad en los centros penitenciarios, promoviendo un equilibrio entre la protección del orden público y el respeto a los derechos fundamentales.

Adiós a la ‘hora nalga’

Adiós a la ‘hora nalga’

Durante décadas, la cultura laboral en Colombia ha valorado la presencia física en la oficina como sinónimo de compromiso y productividad. El término coloquial ‘calentar silla’ refleja esta mentalidad: empleados que cumplen jornadas extensas, sentados en sus escritorios, independientemente de su rendimiento real. Sin embargo, esta visión está siendo cuestionada en el mundo moderno, donde la eficiencia y los resultados prevalecen sobre la mera presencia.

Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en 2020, Colombia registró un promedio de 48 horas laborales semanales por persona, posicionándose como uno de los países con jornadas más largas. A pesar de estas extensas horas de trabajo, la productividad no ha mostrado incrementos proporcionales. De hecho, en 2023, la Productividad Total de los Factores (PTF) presentó una disminución del 1,71%, evidenciando que más horas en la oficina no necesariamente se traducen en mayor eficiencia.

La legislación colombiana ha reconocido esta problemática. La Ley 2101 de 2021 establece una reducción progresiva de la jornada laboral semanal de 48 a 42 horas, sin afectar el salario ni los derechos adquiridos de los trabajadores. Esta disminución comenzó el 15 de julio de 2023 y se extenderá hasta el 15 de julio de 2026. Este cambio busca fomentar un equilibrio entre vida laboral y personal, promoviendo entornos de trabajo más saludables y productivos.

Es fundamental comprender que la productividad no está directamente ligada al número de horas trabajadas, sino a cómo se gestionan y optimizan esas horas. La flexibilidad laboral, que permite a los empleados desempeñar sus funciones en horarios que se adapten a sus ritmos personales, puede ser una estrategia efectiva para mejorar el rendimiento. Estudios han demostrado que los trabajadores con horarios flexibles tienden a ser más productivos, porque pueden equilibrar mejor sus responsabilidades laborales y personales.

La pandemia del COVID-19 aceleró la adopción del teletrabajo y evidenció que la presencia física constante no es indispensable para garantizar la eficiencia laboral. Muchas empresas observaron que sus empleados podían mantener o incluso aumentar su productividad trabajando desde casa, desafiando el paradigma tradicional de la ‘hora nalga’.

Es momento de despedirnos de la cultura de ‘calentar silla’ y dar la bienvenida a una mentalidad centrada en resultados. La productividad debe medirse por la calidad y eficiencia del trabajo realizado, no por la cantidad de horas que un empleado permanece en su escritorio. Adoptar modelos laborales más flexibles y centrados en objetivos no solo beneficiará a los trabajadores, sino que también impulsará la competitividad y el desarrollo económico del país.

La necesidad de un jardín nocturno para niños en Cali

La necesidad de un jardín nocturno para niños en Cali

Cali tiene el potencial de liderar un cambio radical hacia un modelo de productividad 24/7, una ciudad que funcione como un ecosistema dinámico, donde la economía y el bienestar social no solo coexistan, sino que se potencien mutuamente. Para hacerlo, debemos abordar una realidad que afecta a miles de trabajadores industriales y comerciales: la falta de un lugar seguro y accesible para que sus hijos estén atendidos mientras ellos mantienen en marcha nuestra ciudad.

Imagina esto: un jardín infantil nocturno en los barrios clave como el de la Flora Industrial o el Industrial. Estos sectores concentran una parte significativa de la actividad empresarial de la ciudad, albergando más de 2.000 grandes empresas que impulsan nuestra economía. Un espacio diseñado para adaptarse al ritmo de una economía moderna, donde las madres y padres que trabajan en turnos nocturnos puedan dejar a sus hijos sabiendo que están seguros, cuidados y aprendiendo. No es un simple proyecto social, es una solución estratégica.

Piensa en los beneficios: empleados más enfocados y productivos, porque sus preocupaciones familiares están resueltas. Niños en un entorno enriquecedor que fomenta su desarrollo. Una ciudad que se convierte en un modelo de equilibrio entre la vida laboral y el bienestar familiar. Esto no es solo necesario, es inevitable si queremos que Cali sea un centro de innovación y progreso.

Desde la Secretaría de Bienestar Social, esta propuesta no sería solo un servicio público; sería una declaración de intenciones. Es entender que una ciudad que se mueve 24 horas necesita instituciones que también lo hagan. Este jardín nocturno no sería un gasto, sería una inversión en la infraestructura más importante que tenemos: nuestras familias y el futuro de nuestros niños.

¿Es difícil? Tal vez. Pero las mejores ideas siempre lo son. Los modelos ya existen, y los resultados son innegables. Se trata de tomar el riesgo, de mirar más allá de lo obvio y construir algo que no solo resuelva problemas, sino que transforme vidas.

Cali puede ser mucho más que una ciudad; puede ser un referente global en innovación social. Este es el tipo de proyecto que define no solo lo que somos, sino lo que queremos ser. Y como siempre digo: si algo es lo suficientemente importante, debes hacerlo, incluso si las probabilidades están en tu contra.