El Juzgado 13 admite demanda contra INPEC por afectaciones en comunicaciones a comunidades cercanas a cárceles en Cali

El Juzgado 13 admite demanda contra INPEC por afectaciones en comunicaciones a comunidades cercanas a cárceles en Cali

Santiago de Cali, 24 de enero de 2025. El Juzgado 13 de Cali ha admitido la acción de tutela interpuesta por el exconcejal Juan Martín Bravo, que busca proteger los derechos fundamentales de los habitantes de las zonas aledañas a las cárceles de Villanueva y el Centro de Formación Juvenil Valle del Lili. Esta demanda cuestiona el impacto negativo de los sistemas de bloqueo de señal instalados en los centros penitenciarios, los cuales han generado restricciones significativas en la conectividad de estas comunidades.

“La comunicación es un derecho fundamental que no puede ser vulnerado por fallas en la implementación de tecnologías de seguridad. Es necesario garantizar que las medidas tomadas no perjudiquen la vida cotidiana de los ciudadanos, especialmente en situaciones de emergencia”, señaló Juan Martín Bravo al respecto.

La demanda argumenta que los bloqueadores de señal, utilizados por el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC) para prevenir comunicaciones ilegales desde el interior de las cárceles, han ocasionado problemas graves en la cobertura de telefonía móvil e internet en las áreas residenciales cercanas.
De acuerdo con el análisis presentado, los bloqueadores de señal actuales generan interferencias más allá del perímetro de las cárceles, afectando a cientos de metros de distancia. Esto refleja una falta de reglamentación técnica clara y eficiente. “La tecnología debe ser un aliado, no una barrera. Es posible implementar soluciones que cumplan con los objetivos de seguridad del sistema penitenciario sin vulnerar los derechos de las comunidades vecinas”, agregó Bravo.

Entre las medidas solicitadas por la tutela, se incluyen la reconfiguración de los sistemas de bloqueo, la adopción de tecnologías menos invasivas y la garantía inmediata de acceso a comunicaciones adecuadas para los residentes afectados.

Con la admisión de esta tutela, el Juzgado 13 abre la posibilidad de establecer un precedente en la gestión de tecnologías de seguridad en los centros penitenciarios, promoviendo un equilibrio entre la protección del orden público y el respeto a los derechos fundamentales.

Adiós a la ‘hora nalga’

Adiós a la ‘hora nalga’

Durante décadas, la cultura laboral en Colombia ha valorado la presencia física en la oficina como sinónimo de compromiso y productividad. El término coloquial ‘calentar silla’ refleja esta mentalidad: empleados que cumplen jornadas extensas, sentados en sus escritorios, independientemente de su rendimiento real. Sin embargo, esta visión está siendo cuestionada en el mundo moderno, donde la eficiencia y los resultados prevalecen sobre la mera presencia.

Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en 2020, Colombia registró un promedio de 48 horas laborales semanales por persona, posicionándose como uno de los países con jornadas más largas. A pesar de estas extensas horas de trabajo, la productividad no ha mostrado incrementos proporcionales. De hecho, en 2023, la Productividad Total de los Factores (PTF) presentó una disminución del 1,71%, evidenciando que más horas en la oficina no necesariamente se traducen en mayor eficiencia.

La legislación colombiana ha reconocido esta problemática. La Ley 2101 de 2021 establece una reducción progresiva de la jornada laboral semanal de 48 a 42 horas, sin afectar el salario ni los derechos adquiridos de los trabajadores. Esta disminución comenzó el 15 de julio de 2023 y se extenderá hasta el 15 de julio de 2026. Este cambio busca fomentar un equilibrio entre vida laboral y personal, promoviendo entornos de trabajo más saludables y productivos.

Es fundamental comprender que la productividad no está directamente ligada al número de horas trabajadas, sino a cómo se gestionan y optimizan esas horas. La flexibilidad laboral, que permite a los empleados desempeñar sus funciones en horarios que se adapten a sus ritmos personales, puede ser una estrategia efectiva para mejorar el rendimiento. Estudios han demostrado que los trabajadores con horarios flexibles tienden a ser más productivos, porque pueden equilibrar mejor sus responsabilidades laborales y personales.

La pandemia del COVID-19 aceleró la adopción del teletrabajo y evidenció que la presencia física constante no es indispensable para garantizar la eficiencia laboral. Muchas empresas observaron que sus empleados podían mantener o incluso aumentar su productividad trabajando desde casa, desafiando el paradigma tradicional de la ‘hora nalga’.

Es momento de despedirnos de la cultura de ‘calentar silla’ y dar la bienvenida a una mentalidad centrada en resultados. La productividad debe medirse por la calidad y eficiencia del trabajo realizado, no por la cantidad de horas que un empleado permanece en su escritorio. Adoptar modelos laborales más flexibles y centrados en objetivos no solo beneficiará a los trabajadores, sino que también impulsará la competitividad y el desarrollo económico del país.

La necesidad de un jardín nocturno para niños en Cali

La necesidad de un jardín nocturno para niños en Cali

Cali tiene el potencial de liderar un cambio radical hacia un modelo de productividad 24/7, una ciudad que funcione como un ecosistema dinámico, donde la economía y el bienestar social no solo coexistan, sino que se potencien mutuamente. Para hacerlo, debemos abordar una realidad que afecta a miles de trabajadores industriales y comerciales: la falta de un lugar seguro y accesible para que sus hijos estén atendidos mientras ellos mantienen en marcha nuestra ciudad.

Imagina esto: un jardín infantil nocturno en los barrios clave como el de la Flora Industrial o el Industrial. Estos sectores concentran una parte significativa de la actividad empresarial de la ciudad, albergando más de 2.000 grandes empresas que impulsan nuestra economía. Un espacio diseñado para adaptarse al ritmo de una economía moderna, donde las madres y padres que trabajan en turnos nocturnos puedan dejar a sus hijos sabiendo que están seguros, cuidados y aprendiendo. No es un simple proyecto social, es una solución estratégica.

Piensa en los beneficios: empleados más enfocados y productivos, porque sus preocupaciones familiares están resueltas. Niños en un entorno enriquecedor que fomenta su desarrollo. Una ciudad que se convierte en un modelo de equilibrio entre la vida laboral y el bienestar familiar. Esto no es solo necesario, es inevitable si queremos que Cali sea un centro de innovación y progreso.

Desde la Secretaría de Bienestar Social, esta propuesta no sería solo un servicio público; sería una declaración de intenciones. Es entender que una ciudad que se mueve 24 horas necesita instituciones que también lo hagan. Este jardín nocturno no sería un gasto, sería una inversión en la infraestructura más importante que tenemos: nuestras familias y el futuro de nuestros niños.

¿Es difícil? Tal vez. Pero las mejores ideas siempre lo son. Los modelos ya existen, y los resultados son innegables. Se trata de tomar el riesgo, de mirar más allá de lo obvio y construir algo que no solo resuelva problemas, sino que transforme vidas.

Cali puede ser mucho más que una ciudad; puede ser un referente global en innovación social. Este es el tipo de proyecto que define no solo lo que somos, sino lo que queremos ser. Y como siempre digo: si algo es lo suficientemente importante, debes hacerlo, incluso si las probabilidades están en tu contra.

Cali: Epicentro Cultural y Creativo del Cine en Colombia

Cali: Epicentro Cultural y Creativo del Cine en Colombia

Imagina una ciudad que no solo produce películas, sino que también exporta creatividad, talento y cultura a nivel global. Una ciudad que se convierte en un polo de innovación audiovisual, atrayendo inversiones, talentos emergentes y grandes producciones internacionales. Esa ciudad es Cali, y el momento para convertirla en el epicentro cinematográfico de Colombia es ahora.

Cali tiene una historia cinematográfica única. Fue en esta ciudad donde, en 1922, se rodó la primera película de ficción en Colombia, María, una adaptación de la obra de Jorge Isaacs. Este hecho no solo marcó el inicio de la cinematografía nacional, sino que también consolidó a Cali como una pionera en la producción audiovisual. Décadas después, movimientos como “Caliwood” reafirmaron el papel de esta ciudad como cuna de grandes cineastas que conquistaron escenarios internacionales.

Hoy, la industria cinematográfica caleña vive un renacimiento. Con iniciativas como “Film In Cali”, se ha creado una plataforma que conecta profesionales y empresas, fomentando alianzas estratégicas y abriendo nuevas oportunidades en la producción audiovisual. Esto, sumado a la guía del circuito audiovisual de la ciudad, ha permitido visibilizar y potenciar el talento local en áreas como dirección, guion, animación y postproducción.

Además, Cali no solo tiene talento, sino infraestructura. Con los Estudios Takeshima, festivales internacionales de cine y una comunidad creativa activa, la ciudad tiene todos los elementos para consolidarse como un cluster de economía naranja enfocado en la cinematografía. Este enfoque no solo fortalece la industria cultural, sino que también impulsa el desarrollo económico y genera empleo en sectores clave como tecnología, diseño y marketing.

Pero para que Cali se convierta en el verdadero epicentro cultural y creativo de Colombia, necesitamos un cambio de mentalidad y un plan audaz. Debemos aprovechar esta base histórica y el talento existente para atraer inversión extranjera, estimular la creación de contenido audiovisual y promover a la ciudad como destino para grandes producciones internacionales.

La industria audiovisual no es solo arte; es innovación, tecnología y, sobre todo, impacto económico. Según el Ministerio de Cultura, la economía naranja representa cerca del 3% del PIB colombiano, con un enorme potencial de crecimiento. Si Cali logra consolidar su industria cinematográfica, el impacto será exponencial, atrayendo nuevas empresas, generando empleo y posicionando a la ciudad como líder regional.

Cali tiene la historia, el talento y la infraestructura; lo único que falta es la visión colectiva para transformarla en un referente cinematográfico.