Un nuevo futuro para las Tres Cruces

Un nuevo futuro para las Tres Cruces

El Cerro de las Tres Cruces es, sin duda, el gimnasio al aire libre más grande de nuestra ciudad. Cada fin de semana, entre 5.000 y 10.000 caleños suben con disciplina, fe o simplemente por disfrutar la vista de una ciudad que se siente distinta desde arriba. Sin embargo, este ícono deportivo y cultural lleva años cargando con un problema que empaña su verdadero potencial: las antenas.

Ya existe una sentencia en segunda instancia que ordena retirarlas, y es hora de cumplirla. El cerro no puede seguir siendo un parque disfrazado de torre de transmisión. Liberar esa cima es el primer paso para empezar una verdadera renovación urbanística.

El reto es claro: transformar la parte alta en un espacio digno, embellecido y organizado. Imaginemos quioscos estéticos —no improvisados— donde caleños y turistas puedan vivir experiencias gastronómicas después de subir. Bancas cómodas, baños públicos, bebederos de agua, pesas para street workout, zonas de descanso, wifi gratuito y un diseño que combine lo funcional con lo simbólico.

El cerro ya es un ícono; falta convertirlo en una experiencia urbana completa.

Hoy el deporte es tendencia global, y Cali ya tiene una ventaja: hay más de 42 rutas para subir al cerro. Si lo pensamos con estrategia, podríamos consolidarnos como destino de turismo deportivo, organizando rutas de ultra trail que atraigan corredores nacionales e internacionales.

Por la subida en Bataclán, por ejemplo, las escaleras que suman más de 800 peldaños pueden ser mucho más que un camino. Podrían convertirse en un lienzo urbano, al estilo de las escaleras de Selarón en Brasil, pero con un diseño que resalte la identidad caleña. Sería un gesto estético y cultural que sume a la experiencia de quienes ascienden.

Además, debemos mirar al futuro sin perder la tradición. Pensar en un teleférico que conecte la ciudad con el cerro no es una utopía, es una oportunidad. Y, al mismo tiempo, proyectar una capilla que mantenga vivo el significado espiritual de las Tres Cruces, levantadas originalmente como símbolo de expulsión de un demonio. Modernidad y tradición pueden coexistir, si sabemos diseñar con visión.

El Cerro de las Tres Cruces es un espacio que ya convoca a miles cada fin de semana. Lo que falta es decisión para convertir ese flujo en desarrollo urbano, deportivo, turístico y cultural.

Ultra Trail Bio-Cultural en Cali

Ultra Trail Bio-Cultural en Cali

Los cerros tutelares son, quizás, el mayor lujo natural de Cali. Allí están, firmes y silenciosos, custodiando la ciudad como gigantes verdes que nos recuerdan que vivimos en una de las regiones más biodiversas del planeta. Y, sin embargo, los hemos reducido a postales de domingo: un ascenso a Las Tres Cruces para hacer ejercicio, una caminata a Cristo Rey para cumplir promesas, una foto panorámica para las redes sociales.

Pero los cerros son mucho más que eso. Son el eje de un proyecto de ciudad que todavía no nos atrevemos a diseñar. Lo diré sin rodeos: Cali tiene la posibilidad de convertirse en la capital latinoamericana del ultra trail, uniendo deporte, cultura y naturaleza en una sola experiencia transformadora.

La propuesta es sencilla: un Ultra Trail Bio-Cultural con recorridos de 50, 80 y 100 kilómetros, conectando los cerros tutelares mediante senderos señalizados, seguros y vivos. No sería una carrera más en la montaña; sería un recorrido que hable de lo que somos. Cada punto del recorrido debe ser un espacio cultural: salsa en vivo, marimba del Pacífico, gastronomía local. En cada kilómetro, los corredores nacionales e internacionales encontrarían no solo un reto físico, sino la narrativa vibrante de Cali.

Este tipo de eventos, como lo demuestra el Ultra-Trail du Mont-Blanc en Francia, generan millones de dólares en turismo deportivo. Cali podría atraer visitantes de alto valor, revitalizar su economía y, al mismo tiempo, invertir en la conservación de los cerros que hoy se ven amenazados por la urbanización desordenada.

No se trata solo de economía ni de espectáculo. Se trata de inclusión. Las comunidades que viven en las faldas de los cerros podrían convertirse en anfitrionas, guías, proveedoras de servicios gastronómicos y culturales.

Lo que falta, como siempre, es decisión: visión política para integrar a los cerros en el proyecto de ciudad; audacia empresarial para ver en esta idea una oportunidad de inversión y de marca; y confianza ciudadana para asumir que Cali puede –y debe– jugar en las ligas mayores del deporte y el turismo internacional.

Los cerros tutelares ya están ahí, esperándonos. El Ultra Trail Bio-Cultural de 50, 80 y 100 kilómetros es más que una carrera: es la ruta hacia una Cali que se atreva a pensarse en grande.

Consejo de Estado niega demanda de vendedores ambulantes y ratifica la recuperación del espacio público en el centro de Cali promovida por el exconcejal Juan Martín Bravo

Consejo de Estado niega demanda de vendedores ambulantes y ratifica la recuperación del espacio público en el centro de Cali promovida por el exconcejal Juan Martín Bravo

Agosto 21 de 2025. El Consejo de Estado declaró improcedente la acción de tutela interpuesta por la Asociación de Vendedores Ambulantes (ASOVAES), que buscaba anular la acción popular fallada a favor del exconcejal de Cali, Juan Martín Bravo, mediante la cual se ordenó la recuperación del espacio público en el centro de la ciudad.

La decisión judicial, proferida el 11 de agosto de 2025, ratifica que la acción de tutela no puede ser utilizada para reabrir debates ya resueltos en instancias judiciales ordinarias. De esta manera, se mantiene en firme la sentencia que protege el derecho colectivo al uso y disfrute del espacio público en la zona comprendida entre la carrera 5 con calle 14 y la carrera 10 con calle 14. El proceso, según el fallo, debe ir acompañado de la implementación de una política pública para vendedores ambulantes, que contemple la caracterización de esta población, la socialización de medidas y la adopción de alternativas económicas y de reubicación. Con ello se busca garantizar sus derechos fundamentales al trabajo, al mínimo vital y a la dignidad humana, al tiempo que se logra una recuperación efectiva y sostenible del espacio público.

En declaraciones a la opinión pública, Juan Martín Bravo afirmó:”La recuperación del centro es una realidad. Cuando fui concejal de Cali impulsé que esta zona volviera a ser del peatón. No tengo negocios en el centro, ni intereses económicos como algunos han querido insinuar. No busco hacerle favores a nadie. Mi único interés es que el centro recupere su grandeza.
A los vendedores informales les digo: deben ser reubicados con garantías plenas de sus derechos fundamentales.”

Con este fallo, el máximo tribunal de lo contencioso administrativo reafirma la vigencia de la acción popular promovida por Bravo y la obligación de las autoridades locales de avanzar en la recuperación del centro de Cali, garantizando al mismo tiempo la protección de los derechos de los vendedores informales.

Cine al Parque en el Teatro de los Cristales

Cine al Parque en el Teatro de los Cristales

En lo alto de Cali, el Teatro de los Cristales descansa como un gigante dormido. Su estructura, testigo de décadas de arte y cultura, parece hoy más una postal nostálgica que un motor activo de vida urbana. Sin embargo, este escenario tiene en sus manos –y en sus paredes curvas– la posibilidad de transformarse en un ícono cultural de la ciudad: un epicentro del cine colombiano y caleño, renovado con tecnología de última generación, sonido envolvente, un diseño urbanístico moderno y jardines verticales que lo conviertan en un espacio vivo y sostenible.

En ciudades como París, Nueva York o Buenos Aires, espacios similares han encontrado una segunda vida proyectando cine local e independiente. El Bryant Park Movie Nights de Nueva York congrega a miles de personas cada verano para ver cine bajo las estrellas. En París, el Cinéma en Plein Air de La Villette ha convertido un parque en un santuario para los amantes del séptimo arte, proyectando películas clásicas y contemporáneas en pantallas gigantes, sin perder la esencia de lo comunitario. En Argentina, el Festival de Cine al Aire Libre de Buenos Aires mezcla estrenos y cine de autor, generando un puente entre creadores y públicos diversos.

Cali tiene una deuda con su propio cine. El cine caleño, que nació rebelde y contestatario con nombres como Luis Ospina y Carlos Mayolo, ha buscado siempre rincones para ser visto, muchas veces con más esfuerzo que apoyo.

El Teatro de los Cristales podría ser esa pantalla. No solo para estrenos comerciales, sino para convertirse en un escenario abierto que ofrezca:
• Cine familiar, que recupere la tradición de salir al parque con los hijos, como antaño se hacía en los teatros al aire libre.
• Cine temático, que convoque a comunidades específicas: cine afro, cine indígena, cine ambiental, entre otros, generando conversaciones necesarias.

Pero, para lograrlo, se requiere una transformación integral: un sistema de sonido envolvente que ofrezca calidad cinematográfica, pantallas digitales de alta definición, áreas verdes con jardines verticales que refresquen el entorno, senderos peatonales renovados y mobiliario moderno que invite a quedarse.

Un proyecto así no solo revitalizaría el teatro, sino que lo convertiría en un punto de encuentro cultural y social; impulsaría la economía local –desde vendedores ambulantes hasta productores audiovisuales– y le devolvería a la ciudad un espacio que es suyo por derecho y por memoria.

En un mundo donde las plataformas digitales han monopolizado el consumo audiovisual, la experiencia de ver cine al aire libre, en comunidad, cobra un valor casi revolucionario. El Teatro de los Cristales tiene el potencial de ser el lugar donde Cali vea, escuche y se reconozca a sí misma en la pantalla grande, bajo un cielo estrellado que le devuelva el brillo a su cultura.