¡La Plaza de Cañaveralejo debe ser un Movistar Arena!

Ante una eventual suspensión de las corridas de toros, hay que considerar el mejor uso posible para este histórico escenario, que está ubicado estratégicamente en el sur de la ciudad.
Yo tengo una propuesta y no habría que inventar nada nuevo. La Plaza de Toros ya ha recibido a grandes artistas a lo largo de su historia y es hora de alojar eventos de mayor envergadura. Una transformación de este patrimonio caleño no solo es posible sino necesaria para estos tiempos. Para tener más, debemos querer más.
Pero la Plaza de Cañaveralejo, construida en 1957, debe seguir unas condiciones para no afectar su arquitectura. Los edificios considerados patrimonio arquitectónico están protegidos por un documento llamado Plan Especial de Manejo y Protección, PEMP. Este se firmó en 2015. El Ministerio de Cultura es la única autoridad competente para modificarlo, y necesitamos de su apoyo para lograr estos cambios.
Si lo logramos, habría que adecuar varias cosas. En primer lugar, debemos ajustar con estándares de accesibilidad para discapacitados, así como los accesos necesarios para operar de manera segura. Lo segundo debe ser un techo retráctil, para alojar diversidad de eventos, en cualquier condición.
También la silletería deberá cambiar para asegurar una experiencia cómoda. Actualmente el aforo del espacio es de 15 mil personas, y podría reducirse un poco para asegurar el confort.
Además sería necesario instalar una tarima permanente de 360 grados, que permita una experiencia idéntica para todo el auditorio en algunos casos.
Arenas de Barcelona, a pocos metros de Plaza Espanya, solía ser una plaza de toros y ahora es un centro comercial. Duitama también piensa hacer una arena de eventos en un espacio similar. Cali debería hacer lo mismo. Mi ejemplo favorito por estética y apropiación es el de La Serrezuela, en Cartagena de Indias, donde instalaron un centro comercial impresionante. El Cañaveralejo Movistar Arena es el uso correcto para la plaza.

«Que Cali obtenga el CECEP será un gran paso hacia la consolidación de la Universidad Distrital, esto permitirá impactar más de tres mil jóvenes en el Oriente de Cali» Juan Martín Bravo, concejal de Cali.

Luego de la solicitud del alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina al Presidente, Iván Duque, para que el CECEP (Centro Colombiano de Estudios Profesionales) que, actualmente se encuentra en poder de la SAE por su situación de extinción de dominio, pueda ser administrado por el Gobierno Local y así darle paso a lo que será la Universidad Distrital, el concejal Juan Martín Bravo resaltó la importancia de esta propuesta, insistiendo en el avance de las oportunidades en educación superior, para los jóvenes del oriente de Cali.

«Cali tiene una deficiencia en educación superior y esta propuesta lo que buscaría es generar las bases para la consolidación de lo que será la Universidad Distrital, hoy se nos hace de mucha necesidad, porque en el Oriente solo el 5% puede acceder a la educación superior y esto lo que ayudaría es a certificar, calificar y generar educación, oportunidades de trabajo, porque hoy los jóvenes tienen una tasa de desempleo de 29,7%»

De acuerdo con el Concejal, quien, anteriormente también había propuesto invertir y brindar apoyo a Instituciones Públicas Universitarias, como la Antonio José Camacho, IPC, Escuela Nacional del Deporte, los Megacolegios del Oriente, entre otros, para que pudieran habilitar cupos, utilizando esta infraestructura y dar soluciones a corto plazo, manifestó que dentro de esta solicitud se debería contemplar la virtualidad.

«Hacer un llamado a la Alcaldía de Cali, para que varios de estos componentes que integrarán la Universidad Distrital se puedan realizar desde la virtualidad, esto, con el fin de crear un mayor acceso a la educación superior para todos» puntualizó Juan Martín Bravo.

“La Feria de Cali este año debería durar 15 días o más» Juan Martín Bravo, concejal de Cali

11 mil millones de pesos fueron destinados para la Feria de Cali de este año, es por esto que, el concejal Juan Martín Bravo lanzó una propuesta para que el evento más importante de la ciudad no sea solo del 25 al 30 de diciembre, sino que se amplíe por lo menos a 15 días, utilizando de mejor forma los recursos, teniendo en cuenta que este año será completamente virtual por las condiciones del COVID-19.

«Que se realicen más actividades, utilizando los escenarios públicos, donde den apoyo y soporte con transmisiones en vivo, en canales de la Alcaldía, buscando darle un impulso a este sector cultural y artístico que está tan golpeado»

De acuerdo con el Concejal, estas actividades también deberían descentralizarse y llegar a diferentes zonas o barrios, conservando todas las condiciones y protocolos de bioseguridad, para el cuidado de la vida.

«Cada semana se podría llegar a barrios icónicos, como el barrio Obrero, el parque Alameda, la Avenida Sexta. Se pueden plantear presentaciones y espacios donde estén principalmente los artistas»

Así como en 1.957, año siguiente de la explosión del 7 de agosto y en el que se realizó en Cali la primera ‘Feria de la Caña’ que duró 40 días, esta versión No.63 de la Feria de Cali, aunque diferente, deberá ampliar sus eventos y transmitir a través de las pantallas, su sabor, alegría y color por más de cinco días.

«Es una oportunidad para que los caleños se transporten virtualmente y disfruten desde sus casas, por lo menos 15 días. Que estos eventos acompañen a las familias en diciembre. Con estos 11 mil millones de pesos, se podría generar un mayor impacto económico no solo para el sector del espectáculo, sino para todos aquellos que se ven beneficiados con este tipo de eventos, significando así mayores oportunidades laborales» puntualizó el Concejal.

¡La Avenida Sexta peatonal!

La Avenida Sexta está en el recuerdo de las generaciones mayores por ser la zona rosa de su juventud. En los 60 y 70 era sinónimo de distinción y prestigio con los mejores cafés y restaurantes de la ciudad. Luego en los 80 y 90 aparecieron las grandes discotecas junto con la salsa y el rock.

La ciudad creció y esta zona quedó ahí, en el recuerdo. No le tocó a nuestra generación salvo por alguna visita ocasional a un restaurante o estanco. Nosotros pasábamos por la sexta camino a Menga y Granada, a alguna de las discotecas de moda.

Sin embargo los grandes edificios, casonas y árboles de la Sexta retienen ese aire imponente, y siempre se ha hablado de su renovación urbanística. Se trata de un sector que ha vivido la historia de Cali como pocos, al que podemos darle una nueva vida.

Mi intención es peatonalizar una sección de la Avenida de la mano del cluster gastronómico y otros sectores de la vida nocturna. Busco que sea una peatonalización estéticamente agradable, con calles adoquinadas y equipamento apropiado para el disfrute, seguridad y aprovechamiento tanto cultural como comercial.

Una aplicación sencilla de esta idea es la Zona T de Bogotá, que ha probado ser un éxito en cercanías a zonas de discotecas y restaurantes. Si allá está la Calle 85 y el Virrey, acá tenemos Granada, El Peñón y San Antonio. Conectando estos sectores en un mismo eje ponemos toda su oferta diurna y nocturna al alcance de viajeros nacionales e internacionales.

En lo ideal, podríamos superar el ejemplo de la T y llegar a un espacio como Las Ramblas en Barcelona, que combine establecimientos comerciales con galerías a cielo abierto, corredores ecológicos y deportivos e incluso permita el paso de vehículos en uno o dos carriles, incluyendo bicicletas, monopatines y otros medios alternativos de transporte, con su carril exclusivo y parqueaderos vigilados.

Pero a diferencia de Barcelona y Bogotá, yo establecería conexiones WIFI gratuitas y cargadores de energía con paneles solares bajo el proyecto Cali Ciudad Inteligente, con el apoyo y ejecución de Emcali. Este espacio también contaría con alumbrado público inteligente.

Recordemos que ahí existen sitios como el Teatro Calima y más edificaciones que pueden ser usadas de una manera distinta. La Sexta siempre ha sido una zona mixta de comercio y residencias, y esto es parte de su encanto. Un proyecto efectivo en este sentido podría gentrificar el sector a la vez que explota su atractivo comercial.

La inversión sería mínima comparada con el crecimiento del espacio público y los beneficios para la ciudad, que tendría un espacio de interacción genialmente arborizado entre el centro y el norte.