Se aprobó el proyecto de acuerdo que delimita cuatro zonas económicas de Cali que tendrán beneficios tributarios

– Esta delimitación pretende impulsar la gastronomía, las artes, el entretenimiento, la cultura, el turismo y el sector creativo

Santiago de Cali, 3 de mayo de 2023

Con el fin de apoyar el fortalecimiento económico de la ciudad, el Concejo de Cali aprobó este miércoles el proyecto de acuerdo que declara cuatro zonas de influencia económica y de desarrollo, de autoría de los concejales Juan Martín Bravo y Alexandra Hernández.

Este proyecto de acuerdo invita a la administración distrital a proponerle al Concejo los beneficios tributarios para los establecimientos que se encuentren en dichas áreas, puesto que otro de los objetivos es generar condiciones propias para el crecimiento económico, la generación de empleo, la innovación creativa y la renovación urbana.

“Queremos impulsar las actividades de los sectores creativo, gastronómico, de entretenimiento y cultural, para que el municipio otorgue beneficios tributarios. Cali tiene más de 15 impuestos y la idea es que se logren exenciones para seguir fortaleciendo el tejido económico y empresarial de esta ciudad”, dijo el concejal Juan Martín Bravo.

Las cuatro zonas son las siguientes:
1. Zona San Fernando: incluye sectores de los barrios San Fernando Viejo, San Fernando Nuevo (incluido el Parque Panamericano) y 3 de julio.
2. Zona Salsa: incluye sectores en los barrios Alameda y Obrero.
3. Zona Centro-Río de las Artes: incluye el centro histórico de Cali, algunas manzanas del barrio San Antonio, sectores de los barrios Granada y Centenario, y el museo La Tertulia, junto con la casa Obeso Mejía.
4. Zona Cali Tecnológica: está conformada por las áreas que integran los planes parciales de renovación urbana (El Calvario, San Pascual, Sucre I y Ciudadela de la Justicia), así como el plan de renovación urbana de El Hoyo y El Piloto.

“La implementación de este proyecto de acuerdo seguirá consolidando a Cali como una ciudad empresarial y generadora de empleo. Ahora, cuando la economía está resurgiendo, se necesitan apoyos como este”, añadió el concejal Bravo.

Por su parte, la concejal Alexandra Hernandez expresó “aquí estamos, cumpliéndole a la ciudad con nuestra tarea de impulsar a través de políticas públicas, la inversión y la generación de estímulos para el fomento de las empresas que producen bienes y servicios innovadores, aquí estamos, impulsando procesos de renovación urbana, conectando a la alcaldía con los emprendedores caleños, trabajando para que el empleo y la economía sea cada día la cara visible de una Cali que avanza hacia una ciudad mas prospera”.

Juzgado admitió demanda que exige pavimentar tres importantes vías en Cali

– La gestión fue adelantada por el concejal Juan Martín Bravo, quien expuso esta problemática para proteger los derechos e intereses colectivos de los caleños.
– Dos empresas tendrán que llevar a cabo la pavimentación, pues esa era una de las condiciones para el desarrollo de su infraestructura.

Santiago de Cali, 2 de mayo de 2023

Los habitantes de la comuna 17, en el sur de Cali, por fin tendrán respuesta a una queja que han hecho durante más de 20 años. Gracias a la gestión del concejal Juan Martín Bravo, el Juzgado Noveno Administrativo Oral admitió una acción popular para que dos empresas privadas cumplan con el compromiso de pavimentar tres vías muy transitadas.

La primera es la carrera 72 entre calles 13B y 13C, a un costado del colegio Reyes Católicos, cuya pavimentación está a cargo de esta institución educativa de acuerdo al proceso de desarrollo de su infraestructura. Las otras son la carrera 72 entre calles 13 y 13A, y la calle 13A entre carreras 70 y 72, que colindan con el restaurante Simón Parrilla y están a cargo de este.

“Estas calles llevan más de 20 años y nunca han sido pavimentadas. Según el municipio, son responsabilidad del colegio y del restaurante, pues se trata de unas cargas urbanísticas que asumieron para construir y desarrollar sus infraestructuras. No han cumplido con esto y el municipio tampoco ha hecho lo suficiente para hacer valer esa condición”, dijo el concejal Juan Martín Bravo.

El mal estado de esas vías hace que sean zonas de difícil tránsito y que generen más inconvenientes cuando hay lluvia, por ejemplo. Ahora, con la demanda admitida, los involucrados deberán tomar acciones para que estas rutas sin pavimentar tengan las condiciones pactadas cuando se permitió avanzar con ambas construcciones.

“Debemos tener en cuenta que son tres vías muy importantes en el sur de Cali. Con su pavimentación se va a dinamizar la movilidad en este sector. Los habitantes se quejan porque son sitios oscuros e inseguros, pero esto va a cambiar”, puntualizó el concejal Bravo.

El Software es el futuro de Cali

Cali debe invertir en su futuro, renovar la educación de sus ciudadanos y crear espacios para que estos desarrollen soluciones para la ciudad y el mundo. Las herramientas que tenemos nos brindan cierta confianza en el mantenimiento del ahora, pero podemos prepararnos para ocupar un lugar protagónico, sobre todo en el sector tecnológico. Creemos Centros de Desarrollo de Software (CDS), enfocados en la infancia. Démosle al futuro la chispa que necesita.

En un Centro están reunidos todos los procesos de la vida del software, desde su concepción hasta su implementación, pasando por el desarrollo, las pruebas, el soporte al cliente y el mejoramiento. El año pasado, el SENA inauguró su tercer CDS en Quibdó, en alianza con una consultora tecnológica de España, llamada Everis, y el propósito es fortalecer las competencias y mejorar la empleabilidad de sus aprendices, con una primera experiencia laboral que los ubica en un ambiente competitivo, de metas. Los otros dos Centros cumplen labores similares en el Cauca y en Antioquia.

Esta es una idea productiva y educativa que ha contribuido al progreso de muchas regiones en el mundo, pero podemos desarrollar un proceso recreativo y formativo alrededor del software para la mayor cantidad de jóvenes caleños, aprovechando la infraestructura existente. Los Centros de Administración Local Integrada (CALI) y las sedes de las Juntas de Acción Comunal pueden ser el inicio de esta transformación, o incluso en colegios públicos, para asegurarnos de hacer presencia en cada comuna.

En principio, son lugares seguros, con vigilancia, apropiados para que los niños lleven a cabo actividades extracurriculares después del colegio o en el formato de vacaciones recreativas, donde jueguen con la robótica, el desarrollo de personajes en 3D o la Inteligencia Artificial. Otros campos de interés son la realidad aumentada, cloud computing, sistemas ciberfísicos, internet de las cosas y los servicios, simulación, blockchain y big data.

Cali ya ocupa un lugar importante en el sector tecnológico colombiano, con Help People, Carvajal, Open, Siesa y Compunet basadas en la ciudad. Son empresas importantes, que pueden ayudar a dotar espacios con tecnología. Además está la Zona Franca del Sur, justo al lado de las universidades, la única zona dedicada a la tecnología y servicios en Colombia. Acá hay una gran oportunidad de estimular la creación de las soluciones del futuro, los emprendimientos que además fortalezcan la economía desde la tecnología y la educación. Al menos ahora, se necesitan 170 mil programadores en el país.

Pero es más que programar en el presente. Algunas personas hablan de la próxima revolución industrial, que pretende potenciar la transformación de la industria hacia espacios inteligentes, basados en el Internet de las Cosas y la computación cognitiva, con un énfasis en la colaboración entre máquinas y humanos para mejorar la productividad y la eficiencia.

Parte de esto es el desarrollo de la Inteligencia Artificial y su aplicación en procesos similares al pensamiento humano, pero proyectando una manufactura personalizada, la evolución de la robótica y la delegación de labores mecánicas, peligrosas y rutinarias, siempre cuidando al medio ambiente.

Cali puede ocupar un espacio en este futuro, incluso liderarlo. Hagámoslo posible.

¿Dejar de agredir a los policías?

La gravedad y la alta frecuencia de los enfrentamientos entre ciudadanos y policías es lamentable y preocupante. No puede ser que brindarle seguridad a la sociedad resulte en tantos ataques, o que las indicaciones de las fuerzas de seguridad caigan en oídos sordos y terminen en irrespeto.

Esta brecha entre las fuerzas policiales y la sociedad civil debe cerrarse. Los Centros de Traslado y Protección son la nueva apuesta a nivel nacional desde la Policía, enmarcado en el artículo 155 de la ley 1801 del nuevo Código. Esta puede ser una herramienta vital para transformar la relación de la institución con la sociedad civil colombiana, y caleña.

Son espacios destinados a proteger la vida de los ciudadanos que puedan poner en riesgo su vida o la de terceros y perturben la sana convivencia. Para ser llevado a uno de estos sitios habría que deambular en estado de indefensión o de grave alteración del estado de consciencia; o estar bajo los efectos del cousin de bebidas alcohólicas o sustancias psicoactivas; o estar involucrado en riñas o en comportamiento agresivo, incluyendo a la autoridad policial. Otras circunstancias incluyen que el traslado sea el único medio para proteger la vida de la persona o de terceros, o cuando no se puede llevar a la persona a su domicilio.

Estos CTP están diseñados para retener personas por un periodo de doce a veinticuatro horas y desarrollar actividades de convivencia con un enfoque preventivo y pedagógico. El propósito es más educativo que represivo. A través de “talleres reflexivos” grupales, los participantes aprenderán sobre derechos, deberes, autocuidado, el Código Nacional de Policía y otras herramientas de convivencia. Habrá atención psicológica general y jornadas de atención para ciudadanos en situación de calle. Incluso los pabellones permiten una distribución de la población trasladada, atendiendo enfoques diferenciales para ofrecer seguridad.

Santa Marta ya tiene un CTP, y Bogotá está construyendo el suyo a través de una alianza entre la Policía Metropolitana, la Personería, la Secretaría de Integración Social, y los Institutos para la Protección de la Niñez (IDIPRON) y para la Economía Social (IPES).

Cali puede generar una cooperación similar entre la Secretaría de Seguridad y Justicia y la Policía. El dinero para la construcción y administración de este establecimiento depende de que la ciudad se convierta en distrito reglamentado. Esto permitirá manejar mayor cantidad de recursos para aportar a la gestión de seguridad. Además la Tasa de Seguridad y Convivencia que aportan los caleños de estrato 4 en adelante a través de los servicios públicos es significativa. Este proyecto es posible.

Y también sería provechoso. Enmendar esta relación con educación y cuidado es una apuesta sensible. La ciudadanía puede aprender. Podemos llevar a cero la cifra de policías agredidos. Podemos cambiar nuestra conducta.