¡Zona franca para Mipymes en el oriente!

Un éxodo de empresas ha ocurrido en Cali en los últimos años. La carga fiscal que se le impone al trabajo en Colombia es desproporcionada y le quita el atractivo natural a cualquier región. Uno de los países que más atrae inversión en estos momentos es México, donde se paga un 52% de impuestos sobre la utilidad neta. En Colombia se paga un 75.4%.
Estamos quedándonos atrás. Es apenas obvio que organizaciones como la antigua Andina de Heramientas, Mondelez, Michelín y Bayer decidan establecerse donde les ofrezcan mayores beneficios. Hasta grupos nacionales como Bavaria y Postobón han dejado la ciudad. Particular es el caso de Parquesoft, gigante del desarrollo tecnológico de origen local, que si bien cuenta con oficinas en la vía Cali-Jamundí, tiene gran parte de sus proyectos productivos en otros lugares.
En nuestra región, gracias a la Ley Paez, una gran área del norte del Cauca quedó convertida en zona franca, extendiendo los beneficios a las empresas que estaban allí para que no abandonaran la región. Por otro lado, Yumbo y Palmira ya han tomado la delantera con medidas de estímulo económico.
El problema está ahí, pero poco o nada se ha hecho para resolverlo. Cali sigue sin convencer a los empresarios a quedarse. El éxodo no se detiene y seguimos siendo víctimas de la falta de visión y el afán de las administraciones locales y nacionales del pasado.
Mi propuesta para evitar esta crisis y dar inicio al renacer del sector empresarial es crear una Zona Franca para MIPYMES, ubicada en el oriente de Cali y que genere empleo con mano de obra del sector.
Se trata de un sector de alto crecimiento y presencia. Según la Cámara de Comercio de Cali, 99.6% de las empresas de la ciudad son MIPYMES. Su relevancia a nivel nacional es innegable, sumando más del 61.2% del empleo colombiano.
El establecimiento de una zona franca brindaría grandes beneficios a este ecosistema. Bajo el amparo de distintos beneficios organizacionales, las empresas estarán en condición de asociarse, fortalecer su visión empresarial y solucionar dificultades.
En esencia, se establecerán incentivos tributarios específicos para las micro, pequeñas y medianas empresas que surjan o se trasladen al oriente de Cali, a cambio de pasar por un proceso progresivo de formalización empresarial y de empleados al menos por cinco años. Ahí se espera que estas organizaciones gestionen recursos, conecten con nuevos mercados y generen encadenamientos productivos.
La futura Universidad Distrital será fundamental en la formación de este capital humano, volcándose a la educación pertinente hacia el trabajo. La idea detrás de esto es garantizar la contratación de mano de obra calificada y del sector. Por su parte, el Concejo debería modificar el Plan de Ordenamiento Territorial para catalogar los lugares pertinentes como de uso industrial y comercial.
Las comunidades del oriente se beneficiarán más de esta zona franca si evitamos que se les despoje por la fuerza, manteniendo su presencia en el mercado local, protegiendo sus propiedades y evitando que el avalúo catastral se incremente. Además una mayor presencia de servicios sociales fortalecerá a las comunidades y hará que se integren a los proyectos empresariales que se gesten en la zona franca, de nuevo, con el respaldo de la Universidad Distrital.
Establecer esta zona franca fomentará la aparición de emprendimientos, productos e ideas. Esfuerzos similares a estos ya han dado resultados con iniciativas como Start-up NY Program en Nueva York, donde los beneficios de las zonas francas han sido orientados a los pequeños y medianos empresarios que quisieron crecer, salir adelante y formalizarse.
Según el Foro Económico Mundial, la competitividad reune las reglas, políticas y condiciones que ayudan a incrementar los niveles de productividad de la economía de un territorio. Cali cuenta con el capital humano para ejecutar cualquier proyecto y para incrementar la competitividad. Sin duda alguna, este es mi objetivo.
Pero más allá de generar competitividad y cifras, estas transformaciones buscan que en cada sector de la ciudad se pueda vivir bien. La meta debe ser que podamos vivir en comodidad, con dignidad y seguridad.

#AperturaBioseguraEnCali en apoyo al sector gastronómico de la ciudad

Según cifras de Acodrés 2.120 establecimientos gastronómicos han cerrado sus puertas, afectando aproximadamente 18 mil empleos en la ciudad

Bajo la iniciativa #AperturaBioseguraEnCali los caleños se unieron para pedirle al Gobierno Nacional la autorización para empezar los planes piloto y reapertura del sector gastronómico que, con corte al 30 de julio reportó 2.120 restaurantes cerrados, según el informe de afectación económica por el COVID-19 de Acodrés, es decir, casi la mitad de los establecimientos de este sector ya no funcionan, afectando más de 18 mil empleos.

Juan Martín Bravo, concejal de Cali y quién se unió a esta campaña de Nicholás Benedetti, Julián Jara, Brany Prado de Acodrés y Andrés Lozano de Publilatina, junto al apoyo de miles de caleños que hoy, a través de las redes sociales, demostraron su sentir y recordaron con nostalgia varios de los restaurantes emblemáticos e históricos de la ciudad que han tenido que despedirse de sus clientes a causa de la crisis económica, todos, volvieron tendencia y protagonista a la ciudad para decirle al país: ¡Cali quiere trabajar!.

«Si bien entendemos que estamos en una situación de Pandemia, también tenemos que entender que hay necesidades económicas donde han llevado a las personas hoy a elegir entre la vida o morir por hambre, se inició esta propuesta, con el fin de que el Ministerio del Interior del visto bueno y empecemos con una apertura biosegura en Cali, articulada e inteligente con todos los protocolos» manifestó Juan Martín Bravo.

Cabe resaltar, que en varias ocasiones Acodrés ha manifestado que todos los establecimientos que aún sobreviven a esta crisis, están listos para brindar a los clientes una excelente, controlada y segura atención, a través de los protocolos correspondientes de Bioseguridad.

«La Alcaldía gastó casi 400 millones de pesos en cajas y adhesivos en las que iban empacados los mercados» Juan Martín Bravo, concejal de Cali.

$383.418.000 pesos fue el valor del contrato entre la Alcaldía de Cali y la empresa LitoValle Cali S.A.S para cajas, flayers y adhesivos.

Después de haberse conocido que, los mercados que se entregaron en Cali ($27.528 c/u) en medio de la pandemia, costaron el doble que en Barranquilla y el triple que en Medellín, el concejal de Cali, Juan Martín Bravo realizó seguimiento a esta situación, la cual arrojó una nueva eventualidad.

«Encontramos hoy un nuevo panorama, evidenciándonos también que la Alcaldía gastó cerca de 400 millones de pesos para comprar las cajas en las que iban empacados los mercados» manifestó el concejal.

El costo de cada caja fue de $4.950 pesos y $1.077 pesos para los adhesivos, teniendo en cuenta esto, en total, cada mercado tuvo un valor de $33.608 pesos.

«Si sumo todos los elementos, el valor del traslado del mercado en su finalidad, pagando todo, le costó a Cali $33.555 pesos»

El concejal hizo un llamado a que se utilicen de una mejor manera los recursos para apoyar a muchos caleños en esta pandemia, en este caso, con una ayuda alimentaria.

«Para mí es inaudito ese valor, con esto se hubiera podido comprar más mercados, permitiéndole llegar a más personas, que hoy tanto lo requieren en esta pandemia, el llamado es a que se hagan las cosas bien y se efectúen de la manera más correcta y en especial que se trabaje con mayor austeridad» puntualizó Juan Martín Bravo.

Proponen que la Universidad Distrital inicie con cupos en instituciones públicas Universitarias

La propuesta se refiere a brindar apoyo e invertir recursos en las Instituciones Públicas Universitarias como la Antonio José Camacho, IPC, Univalle y la Escuela Nacional del Deporte, para que habiliten cupos que permitan avanzar y abrirle paso a la Universidad Distrital.

“Cumplir la meta que son 3 mil personas, para que puedan acceder a la educación superior, que es lo que se propuso en el Plan de Desarrollo y para no incurrir en sobrecostos, que se use la infraestructura del oriente, los Megacolegios que sean las sedes de la Universidad Distrital y esa plata que se está dejando de invertir en construir un campus, que sea invertido en estas Instituciones Públicas” señaló Juan Martín Bravo, concejal de Cali.

Esto no solo ayudaría a jóvenes de escasos recursos, sino también, a quienes se han tenido que abandonar sus estudios por la llegada del COVID.19 y la crisis económica que ha dejado a su paso esta pandemia.

“Mientras tanto, que estas instituciones sean los operadores, con el fin de dar soluciones inmediatas a los jóvenes que tanto reclaman una ayuda ante la actualidad que hoy vivimos, porque muchos han tenido que suspender su proceso” enfatizó el concejal Juan Martín, que continúa insistiendo en la matrícula cero con recursos del municipio como alivio para los universitarios.