Redefinir la pobreza en Cali

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octubre 14, 2025 0 Comments

Redefinir la pobreza en Cali

Cali, con sus más de 2,28 millones de habitantes, enfrenta un desafío que no se resuelve con simples cifras o discursos: más del 31% de los caleños vive en condición de pobreza, y cerca de 208.000 personas sobreviven en la pobreza extrema, según el DANE. Pero más allá de los números, lo urgente es redefinir qué entendemos por “pobreza” y cómo la enfrentamos como sociedad.

Durante décadas, la pobreza se ha medido en dinero, pero no en posibilidades. No basta con contabilizar ingresos: debemos hablar de las privaciones que marcan la vida de miles de caleños —la falta de acceso a educación de calidad, de salud oportuna, de crédito justo, de vivienda digna, o de una ciudadanía digital que los conecte al siglo XXI. La pobreza en Cali no es solo la escasez de recursos; es la ausencia de opciones reales para construir un proyecto de vida.

Redefinir la pobreza implica mirar más allá del asistencialismo y apostar por un enfoque multidimensional e integral, que articule educación, salud, economía, inclusión digital y políticas públicas sostenibles. Es entender que cada decisión que tomamos desde lo público y lo privado puede contribuir a cerrar o a profundizar las brechas.

Desde el enfoque educativo, el reto es mayúsculo. Apenas el 24% de los jóvenes logra acceder a la educación superior y menos de la mitad se gradúa. Cali no puede seguir siendo una ciudad donde los jóvenes no tienen futuro. Una educación pública de calidad, bilingüe, tecnológica y gratuita debe ser la base de la movilidad social.

En el campo financiero, urge una revolución: créditos al 0%, capital semilla y educación financiera para los más vulnerables. Solo así los emprendedores populares podrán liberarse del gota a gota y construir negocios sostenibles que generen empleo digno, formal y decente.

Desde la salud, debemos avanzar hacia un sistema integral y territorializado que garantice atención primaria, nutrición adecuada y salud mental, pilares invisibles pero esenciales para romper los ciclos de pobreza.

En el ámbito económico, la ciudad necesita una estrategia para fortalecer a las Mipymes y formalizar los más de 268.000 micronegocios que sostienen la economía popular. Crear Zonas Francas Sociales en el oriente, impulsar startups de impacto y conectar la academia con el sector productivo son pasos concretos hacia una economía con rostro humano.

El enfoque digital también redefine la pobreza. No se trata solo de conectar a los barrios a internet, sino de conectar a las personas con oportunidades. La ciudadanía digital debe ser un derecho, no un privilegio. En un mundo donde la economía se mueve en línea, la desconexión es una nueva forma de exclusión.

Y desde las políticas públicas, el desafío es de coherencia y continuidad. No más programas fragmentados que cambian cada cuatro años. Se necesita una visión de ciudad a 2050, con sostenibilidad, equidad y justicia social como brújulas permanentes. Políticas con rostro humano, con seguimiento riguroso y con la comunidad como protagonista.

Redefinir la pobreza en Cali es también redefinirnos como sociedad. No se trata solo de cuánto crecemos, sino de cómo y para quién. La erradicación de la pobreza no puede ser una meta técnica, sino un propósito colectivo: el de una ciudad que se mide no por la altura de sus edificios, sino por la dignidad de su gente.

El cambio no vendrá solo de los gobiernos, sino de todos: de los empresarios que deciden invertir localmente, de las universidades, de los jóvenes que emprenden y apuestan por quedarse en Colombia, y de los ciudadanos que creen que una Cali distinta no es una utopía, sino una tarea urgente.

Redefinir la pobreza es redefinir la esperanza.

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