Los caleños que reciben su atención en las distintas ESE (Empresas Sociales del Estado) de la ciudad sufren problemas en la atención todos los días. La repartición ineficiente de profesionales, el sobrecupo en las instituciones y los tránsitos prolongados en las ambulancias son solo algunas manifestaciones.
Bogotá sufría de una situación similar hasta hace unos seis años. Pero las autoridades distritales tomaron la decisión de reorganizar la red hospitalaria y unificar todas las ESE, y muchos de estos problemas se resolvieron en el corto y mediano plazo. Cali debería considerarlo.
Recordemos que contamos con cinco ESE (ladera, norte, centro, sur-oriente y oriente), que pueden formar una sola red distrital también, con subredes de acuerdo a la localización de las Empresas Sociales del Estado existentes.
De concretarse esta iniciativa, las ESE dejan de actuar como islas en el territorio tomando decisiones independientes con facultades especiales, y fortalecen su articulación en subred y a nivel general. Esto significa que estas organizaciones podrían asumir una contratación unificada para servicios de logística, aseo, basuras, software, incluso facturación. Además, habría un control extra sobre los servicios extramurales como las ambulancias.
Por otro lado, partiendo de esta red, el municipio podría planear a futuro, y de manera controlada, la adición estratégica de otros puntos de atención de mayor o menor complejidad, eligiendo el mejor momento para construirlos y abaratando costos en la contratación y la intermediación.
Además, con una reorganización de la red hospitalaria, habría una mayor capacidad de trazar las necesidades inmediatas de la ciudad, así como las fortalezas y debilidades del servicio y atención en salud. Así podría suplirse la necesidad actual de mejores servicios de urgencia enfocados en trauma, en el oriente y nororiente de la ciudad.
Por último, pero no menos importante, una negociación en bloque permite una mayor autonomía y poder de la red frente a las compañías aseguradoras. Hasta el momento, estas compañías negocian de manera segmentada por ESE, y los costos aumentan injustificadamente.
La mayor dificultad es que se requiere la reorganización de la política local, para que esta transformación ocurra. Muchas de las Empresas Sociales del Estado por años han estado en manos de políticos o corrientes políticas, y es un entramado electoral difícil de entender. Han tomado tanto poder que incluso se oponen a las directrices del mandatario de turno. Actúan como islas independientes.
Sin embargo, la ley le permite al Concejo y al municipio la reorganización de las ESE. Se trata de una iniciativa crucial que puede mejorar la vida de los caleños de este punto en adelante. El esfuerzo de hoy será la tranquilidad del futuro.