¿Por qué le pasa esto a Cali?

El estallido social en Cali, que se sumó al paro nacional de mayor envergadura en la historia de Colombia y a la pandemia más devastadora del último siglo no llegó de la nada.

Lamentablemente, la ciudad siempre ha estado dividida en dos, los que tienen y los que no tienen oportunidades. Esta es una distancia que para muchos hacía parte del paisaje. Los años de negligencia desembocaron en esta crisis.

Gran parte de la problemática también es responsabilidad de los políticos, por dos razones. La primera, el fracaso constante al orientar los recursos, sin considerar las carencias reales y las soluciones apropiadas para grandes sectores en la ciudad, como la inversión social que brinda garantías a los más necesitados. La segunda, y la más lamentable, la corrupción.

No basta preguntarse por qué. Hay un quien. La crisis se sostiene porque cerca de 930 mil personas viven en la pobreza, con menos de 350 mil pesos al mes. Entre ese grupo, más de 120 mil sobreviven con menos de la mitad. Son números penosos para una ciudad “alegre”, de 2.4 millones de personas.

La tasa de desempleo ha sido un termómetro de la situación desde el inicio de la pandemia. En marzo de 2020, con el inicio de la pandemia, estaba en 13 %, pero con las restricciones a la economía pasamos a un aplastante 29% y en este punto, una de cada tres personas en Cali estaba desempleada. Ahora, la tasa de desempleo se ubica entre 18 y 21 %, en buena parte por las dificultades que enfrenta el sector empresarial.

En medio de esta crisis, corremos el riesgo de que nuestra juventud se extinga mientras lucha por sobrevivir, y debemos observar los hechos de manera efectiva. Tristemente, nosotros brindamos la mayor contribución a la tasa de desempleo y de homicidios en Cali. La ciudad tiene una población de 600 mil jóvenes. 29,8% está desempleado.

La juventud no es responsable de heredar un mundo desorganizado, pero debe enfrentar las consecuencias. De acuerdo con el Ministerio de Educación, de 100 jóvenes que se gradúan del colegio, 52 pasan a la educación superior, 12 o 16 se gradúan de su carrera, 5 consiguen empleo y tan solo uno se pensiona.

Hay otros factores que contribuyen a la inestabilidad, como los 60 mil venezolanos que han llegado a Cali, un incremento en los monocultivos para estupefacientes y un gran impacto del microtráfico en la ciudad. En medio de todo esto, entre 80 y 100 mil personas pasan hambre cada día en Cali.

También debemos ver que la mayoría de empresas que estaban en Cali se fueron. Desde hace rato están en Rozo, en Yumbo o en la Zona Franca de Cauca bajo la Ley Paez. Por esto, la ciudad tomó una vocación de servicios, y en estas circunstancias de restricciones no se puede trabajar, y difícilmente emplear.

Todo lo que desconocimos o ignoramos por años se hizo evidente. Estalló en nuestras manos.

El fracaso y la ineficacia de nuestros gobernantes por más de dos décadas es su legado. El desempleo, la pobreza, la falta de oportunidades y el cierre de empresas son la evidencia. Ha habido todas las oportunidades de ejecutar apropiadamente un presupuesto anual de 3.6 billones de pesos. Son ellos quienes han errado al priorizar el concreto sobre la inversión social, y al ser permisivos con la corrupción.

Y somos nosotros los que venimos con nuevas ideas. Cali debe considerar la creación de nuevos incentivos tributarios, centrados en MIPYMES, que suman el 92 por ciento de las empresas de la ciudad. Hay mucho valor en considerar la creación de una Zona Franca para MIPYMES en el oriente de Cali.

Aparte de los incentivos, se debe estimular la contratación de residentes del oriente, para dar herramientas y estabilidad a un sector de la ciudad que está más preparado de lo que se cree.

Además, agrupando a las empresas en un sector, se les puede respaldar de diferentes maneras. Primero, a través de fondos solidarios, capitales semilla y préstamos de crédito blando, entre otros, para que se vean fortalecidos durante las etapas críticas de su crecimiento. Segundo, a través de proyectos de formación que ayuden a definir el discurso y el valor agregado de los productos, o ajustar los procedimientos vigentes de transformación de materia prima.

En el mundo que queremos construir, todos estos esfuerzos por capacitar a las personas y fortalecer emprendimientos, llevará a que cada vez màs personas aptas ocupen cargos vitales y fomenten nuevas ideas. Sigamos trabajando para llegar a este futuro.