Las dificultades del manejo de la basura en Cali son evidentes al recorrerla cada día. Es un desorden lamentable. En cifras, 190 de 300 puntos de recolección han sido destruidos y la mayoría de los restantes está en un estado crítico.
Lo primero que debería superarse es la liquidación de Emsirva, que lleva más de diez años. Esa empresa está a cargo del manejo de las basuras, pero bajo supervisión de la Superintendencia de Servicios Públicos. La labor de los cuatro proveedores, PromoValle, PromoCali, Ciudad Limpia y Veolia, ha sido bastante cuestionada, y la situación mejorará cuando el municipio esté a cargo de nuevo.
Pero la cultura ciudadana también es un factor, y nuestros hábitos frente a la basura no son los mejores. Deberíamos separarla, y no dejarla en cualquier lado. Cali no sabe qué hacer con las basuras.
La mejor solución es desarrollar un Parque Ambiental Tecnológico de Residuos Sólidos, Reciclaje y Compostaje, que trate residuos orgánicos; plástico, papel, cartón y metal; y residuos de construcción y demolición.
La idea del parque es, principalmente, inspirar y educar a la comunidad a ser responsable con el medio ambiente, mientras se implementa tecnología de vanguardia para automatizar la clasificación de recursos.
Una de estas aplicaciones es la integración del compostaje a la disposición de las basuras. El volumen de desechos podría llevar abono a los suelos de la región.
La principal inspiración de este proyecto es la planta de reciclaje Amager Bakke, en Dinamarca, un ejemplo importantísimo de integración de la gestión de residuos con la infraestructura urbana, que produce energía limpia y otros beneficios adicionales a la comunidad local.
El proyecto podría financiarse con Asociaciones Público-Privadas, con incentivos para las empresas que apoyen iniciativas medioambientales, y la venta de productos reciclados y compostados.
Singapur, una isla país en el Pacífico, enfrentó una grave crisis de basuras en los años 70, ante la falta de espacio. Su solución fue desarrollar infraestructura para transformar desechos en energía, establecer un sistema obligatorio de reciclaje para hogares y empresas y poner impuestos al vertimiento de basuras, entre otras medidas.
Cali podría inspirarse en estos ejemplos, a la vez que establecer puntos estratégicos de recolección y estrategias de economía circular, para reducir la cantidad de recursos que van a los vertederos.
Es un proceso largo, que debe tener un hogar. Hagámoslo realidad.