Proponen una ‘Mercatón campesina’ por internet en Cali

Ante la preocupación por la perdida de alimentos que se cultivan en la zona rural de Cali por falta de comercialización, especialmente debido a la pandemia, el concejal Juan Martín Bravo lanzó una propuesta a la Alcaldía de Cali, para que, a través de Internet, los campesinos puedan vender sus productos.

«Que el municipio desarrolle una plataforma digital para que traigamos el campo y los corregimientos a la ciudad por medio de los alimentos que se cultivan y así podamos apoyar a las familias que hoy, en medio de su preocupación, siguen cultivando y buscando su sustento» explicó el cabildante.

El concejal dice que desde hace algún tiempo, las familias que habitan en la zona rural han solicitado un espacio para distribuir los productos que cultivan con proyectos emprendedores, pero tampoco se han ejecutado en administraciones anteriores.

«Esta propuesta la presento partiendo como una estrategia, pues, Cali en algún momento debe generar el centro de acopio de alimentos de los corregimientos, la preocupación es grande por los buenos y saludables alimentos que aquí tenemos y que no son aprovechados como deberían y por toda la situación del covid 19 se volvió más compleja la venta de sus productos» manifestó Bravo.

Según el concejal, el propósito es ayudar a solventar la necesidad de las familias que, día a día siguen apostándole al campo, al igual, que con tan solo un clic, los caleños podrían tener en poco tiempo sobre su mesa, productos frescos y cultivados en tierras de la capital del Valle del Cauca.

¿Y el turismo en el río pa’ cuando?

Es imposible sentir orgullo de vivir en una ciudad con siete ríos si vemos el estado de los de Cali. Los distintos tipos de contaminación hacen que la calidad del agua empeore tras su paso por el municipio. Aguacatal, Meléndez, Cañaveralejo, Lili, Pance, Cauca y Cali. En vez de dar vida a la población, hemos hecho que estos ríos den pena.

  

Los políticos de turno han señalado lo obvio sin hacer nada durante años, un gesto de hipocresía que se ha heredado de administración en administración, sin distinguir partidos. Cambian los nombres y la realidad permanece oscura: los caleños solo pueden disfrutar de uno de esos cuerpos de agua con relativa seguridad.

  

Tener siete ríos es un privilegio. La mayoría de ciudades tuvieron que hacerse a un lugar en la historia y la economía con un sólo río. Con el transcurso del tiempo todos supimos lo que pasó al lado del Támesis y del Spree. Londres, Berlín, Roma, Estambúl y San Petersburgo son importantes ciudades europeas que están a menos de 160 kilómetros del mar y que cuentan con ríos. Guardando las proporciones, es una situación similar a la nuestra.

  

Otras ciudades que no están en primer plano han hecho de sus ríos un impresionante atractivo. Zaragoza ha construido 10 puentes desde el siglo quince sobre el río Ebro, como testimonio de su existencia. Oporto y sus casas al lado del río Douro son de una belleza increíble. Bangkok está ubicada ahí por el río Chao Praya y aún hoy se puede recorrer con ferrys o barcos privados con restaurantes, discotecas, tours. Y en San Antonio, Texas, se puede caminar por kilómetros casi que al mismo nivel del río en un paseo a su ribera. Nada más en París, hace pocos días, se anunció la creación de una sala de cine flotante en el río Sena y el lago Bassin de la Villete. La asistencia sería gratuita.

  

Y sí, estos asentamientos no tienen una cordillera entre ellos y el mar, pero las ventajas del río no nos han faltado. Aún así, en la Cali del siglo XXI, que empieza a vivir del turismo más allá de los ríos navegables, se les da la espalda.

  

Estos ríos pasan por sitios muy bellos. Con cuidados apropiados y la voluntad política del caso, Cali podría mejorar muchísimo. Lo bello y vívido de las historias de cada río se convertiría en un valor agregado significativo para los establecimientos económicos y culturales que allí se asienten, mientras hacemos nuestra propia historia.

  

En este orden de ideas, mi anhelo personal como caleño y concejal es tomar el Parque Lineal del Río Cali y hacer de él un paseo también, un corredor gastronómico y cultural, que sea la primera etapa de la revitalización de los ríos en el inconsciente colectivo caleño.

  

Una segunda etapa más ambiciosa implicaría al río Cauca y hacerlo navegable, para que pueda ser recorrido en todo sentido posible por ferries y vehículos de entretenimiento. A pesar del daño ambiental que ha sufrido, el Cauca sigue con un caudal impresionante, nutriendo a nuestra ciudad y región, y podemos hacer que su estado mejore tras pasar por Cali.

  

Mientras no lleguemos a unos acuerdos con la ciudadanía y con las instituciones de la ciudad, debemos ver con tristeza cómo este y otros sitios siguen siendo centro de consumo y expendio de drogas o refugios improvisados para los habitantes de calle. Reivindiquémonos con los ríos y démosle vida urbanística a sus entornos.

Proponen comparendos más estrictos para quienes no usen tapabocas en espacio público en Cali

“Invito al Alcalde de Cali a que implemente comparendos económicos a las personas que salen a las calles sin tapabocas” Juan Martín Bravo, concejal de Cali.

Ante la flexibilidad del uso de tapabocas en Cali, el concejal Juan Martín Bravo lanzó una propuesta para que ya no se apliquen comparendos o llamados de atención pedagógicos a quienes no lo usen y por el contrario sean más severos, teniendo en cuenta que la ciudad está entrando a lo que se ha denominado el pico de la pandemia, lo que hace necesario doblegar los esfuerzos para cuidarse del COVID-19.
“Invito al Alcalde de Cali a que implemente comparendos económicos a las personas que salen al espacio público sin tapabocas, debemos entender que esta es una medida que va a evitar más contagios y salvar vidas” dijo el concejal.

Esto, teniendo en cuenta que ha sido evidente que muchos caleños están evitando portar el tapabocas en lugares como parques, zonas para hacer ejercicio, tales como el Cerro, transporte público, entre otros.

“Los caleños tenemos la responsabilidad de salir a las calles con todas las medidas de bioseguridad necesarias para que el COVID-19 no se siga propagando” puntualizó el cabildante.

¡Peatonalicemos el centro!

He señalado que debemos aprovechar la crísis actual para pasar a Cali por un rediseño. Y debemos ser prácticos, evaluar modelos exitosos que tengamos cerca e implementarlos con los recursos a nuestra disposición.
Todo esto puede sonar supremamente técnico, pero observemos nuestra actualidad. Cali ofrece turismo y servicios. La ciudad no sólo es un punto de partida para descubrir una región de interés cultural, ecológico y empresarial, sino un universo por descubrir en sí misma.
En Cali tenemos diversidad étnica de todo el continente que ha echado raíces y ha dejado un legado en las artes y el deporte. Así mismo, las historias que aquí han ocurrido han resonado en el mundo, y distintos tipos de legado y mística atraen a gente del extranjero a nuestra ciudad.
A partir de la peatonalización del Bulevar del Río, se puede hacer una apuesta mayor para aprovechar el potencial turístico que he señalado. Acá ha sonado el término distrito cívico por muchos años, pero esta propuesta es mucho más.
La peatonalizada carrera Tercera del centro histórico de Santa Marta se convirtió en un corredor vital para la ciudad, donde conviven el arte, la música y el buen comer. Recorrerla de día o de noche siempre es un gusto, y se ve que turistas y locales disfrutan de cada sitio. Los predios se valorizaron significativamente, no sólo en la via sino en los sectores aledaños.
La Tercera hace un recorrido por todo el Centro Histórico samario y termina en el Parque de los Novios, un espacio abierto decorado por estatuas, estructuras, un mobiliario ámplio y una serie de restaurantes atractivos.
Es un ejemplo exitoso que ya se ha visto en la Plaza Santo Domingo en Cartagena, o la impresionante instalación de Parques del Río en Medellín, y Cali está en condiciones de hacer algo así de cara a la renovación del centro. Imaginemos la conexión del Bulevar del Río con el sector de San Antonio y la Plazoleta de San Francisco y el CAM, y que se extienda de una manera organizada, segura y diversa hasta El Peñon. Todos los caleños podemos trazar una vía que atraviesa estos lugares, e imaginarla llena de restaurantes, bares y demás establecimientos, para darle más brillo a la ciudad.
Los clusters turístico y gastronómico tendrían una gran oportunidad. Pero lo más importante es que Cali cambiaría su rostro. En todas partes del mundo menos Latinoamérica, el centro de las ciudades es organizado, atractivo, caminable, seguro. Nuestra ciudad tiene la posibilidad de ponerse al día.
Ojalá la tomemos, y ojalá la corrupción no nos despoje de un mobiliario decente y cómodo, de canastas para la basura que de verdad sean utilizadas, de calles adoquinadas de un color bonito, que resistan el paso del tiempo y se conviertan en orgullo nacional.